Terapia en tiempo de Redes Sociales.
Hoy queremos hablar de algo diferente en el blog, ante las diferentes necesidades que surgen en las familias; ser parte del acompañamiento a las conductas privadas (pensamientos y emociones) que se presentan en cada una.
Tocamos el tema de lo que visualizo en redes sociales y la realidad de un proceso de aprendizaje tanto en los hijos como en el propio.
Redes Sociales y los Repertorios Verbales Socialmente Establecidos.
Desde los primeros años de vida la comunidad verbal proporciona aprendizajes sin la necesidad de una experiencia directa ya que lleva a relacionar palabras-objetos-eventos-funciones (Wilson & Luciano, 2002).
Por ejemplo:
El fuego quema
Para saberlo no es necesario tener una experiencia directa con el fuego, basta con haberlo aprendido como una regla verbal (qué va a suceder si nos comportamos de cierta manera).
Dentro de las redes sociales encontramos una amplia variedad de estímulos que evocan la necesidad de mostrar al mundo:
Lo bien que me siento.
Lo genial que me veo.
Lo bueno que tengo.
Y sobre todo, los resultados que obtengo.
Un aprendizaje acerca del bienestar; de lo que es esperado para estar «bien», ante esto las conductas manifiestas se ajustan a las reglas verbales, que lleven a estar dentro de un parámetro de lo establecido.
Desde entonces las Terapias no son lo mismo…
Cada día la vida se acerca más a lo digital, a tener acceso a basta información y estímulos que pueden detonar algunas conductas privadas, como el pensar: ¿Cómo llegó ahí? ¿Será que yo estoy haciéndolo bien? ¿Por qué conmigo no pasa lo mismo?.
En un marco social donde sólo se exponen momentos de bienestar, se deja de lado la incomodidad, el tiempo y el proceso a través del cual pasa cada resultado que se obtiene.
Es como si cada día de la vida fuese «miel sobre hojuelas», equiparando cada momento de felicidad a la ausencia de momentos difíciles, inclusive el sufrir estos momentos se ha puesto en contraposición a actuar para llegar a lo que es valioso para cada uno.
Que puede llegar a crear un espiral constante:
En los procesos de aprendizaje vividos en terapia se encuentran una serie de situaciones y experiencias que en ocasiones distan mucho de lo que observo día a día en cada post.
En el mundo de las prácticas terapéuticas llegan bastos momentos de satisfacción, pero también existen momentos de incertidumbre, dificultades e inclusive de cansancio.
Estos momentos que no se exponen en redes sociales, ante lo cual no puedo encontrar una validación de lo que estoy realizando y del esfuerzo que estoy perpetuando a diario, porque estoy observando y actuando bajo una regla verbal social enfocada en resultados que parecen rápidos y específicos.
Y claro que en Terapia hay resultados, sólo que…
Cada proceso de aprendizaje es único, cada persona requiere diferentes maneras de llegar, e inclusive cada quien requiere objetivos diferentes.
Detrás de cada conducta manifiesta que vemos en los hijos, existen bastas conductas privadas (pensamientos y emociones) y manifiestas de los terapeutas y padres de familia.
Todas válidas e importantes, tanto como para ser acompañadas por un equipo que les dé un respaldo científico y clarifique cada paso que se dé.
Ir a resultados que sólo parecen rápidos y específicos va contra la naturaleza real del aprendizaje de cada pre-requisito para lograr conductas avanzadas; mantener el foco en ello de manera frecuente sin haber pasado por las bases, dista mucho de lo que realmente la ciencia nos ofrece.
Inclusive se puede correr el riesgo de minimizar los logros de cada día, pasándolos desapercibidos.
En resumen…
Ante un mundo virtual que expone solamente a estímulos satisfactorios, proponiendo reglas verbales encaminadas a «Si obtienes esto, estás en la normalidad«, se corre el riesgo de olvidar una realidad que se manifiesta a lo largo de terapia e inclusive a lo largo de la vida.
Cada logro obtenido conlleva un camino de situaciones satisfactorias y algunas otras incómodas, que no salen como estaba planeado. Confiar más en lo que se palpa de manera contingente lleva a aprendizajes mayormente funcionales.
Derribando reglas verbales poco funcionales
Angélica Castrejón
ABAteam
El texto anteriormente citado tiene como referencia:
Wilson, K. & Luciano, M. (2002).Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Un tratamiento enfocado en valores. Madrid: Pirámide.